El pasado sábado y domingo, en el predio del Aero Club, se llevó adelante el Festival Aéreo «Un siglo de alas y sueños». El encuentro, contó con la presentación de distintas exhibiciones aéreas y participaciones de destacados pilotos y aeronaves. Desde CASTELLANOS, estuvimos presentes para contar los detalles de este encuentro icónico para la ciudad, en el marco de los festejos por los cien años del Aero Club.
Por Nicolás Bordón- Desde las 10:00 hs del pasado sábado, todo el predio del Aero Club fue el escenario de encuentro para el Festival Aéreo: «Un siglo de alas y sueños», en el marco de los festejos por los cien años de la institución. Allí, decenas de personas, grupos familiares y representantes de distintas instituciones, se acercaron a compartir las distintas exhibiciones que albergaron la jornada, como el 2° Encuentro de Tecnam, el Show de acrobacias aéreas, las Performances de paracaidismo, el despliegue de los helicópteros Bell UH Huey II y Bell 412, la intervención de los aviones Tucano, el recorrido del imponente globo aerostático, la exhibición de aeromodelismo y planeadores, el despliegue de las aeronaves de la fuerza Aérea y el Ejército; el repertorio de la banda del Liceo Militar General Belgrano de Santa Fe, entre otras propuestas.
Con el sol atenuando las bajas temperaturas y un cielo absolutamente despejado, los distintos grupos de amigos y familiares se fueron instalando con sillones, reposeras y conservadoras, a lo ancho de toda la pista de vuelo. Además, el corredor del predio contó con la instalación de puestos comerciales diversos; entre los que se encontraban tiendas de objetos y recuerdos afines a la temática del festival; puestos de cerveza artesanal; barra de tragos; tiendas de regalos y comestibles para niños, entre otras cosas.

Del otro lado del predio, dentro de los distintos hangares, se podían observar las aeronaves en fase de preparación, antes de ser trasladadas hacia las pistas. Esto permitía que el público presente pudiera ver el trabajo de los equipos de vuelo en los momentos previos al despegue. En medio de la recorrida, tuvimos la oportunidad de observar el traslado de una de las aeronaves, que luego sería manipulada por el reconocido piloto acrobático Jorge Manatini. Como anécdota que refleja el carácter intergeneracional del encuentro, pudimos presenciar la charla de Manatini con un joven entusiasta de la actividad; quien, al momento de agradecerle la posibilidad de compartir esos momentos de preparación, recibió del piloto la expresión «No tenés nada que agradecerme, yo también fui un joven como vos; también tuve que empezar alguna vez».
Memoria colectiva, identidad nacional y sentido de pertenencia
Actualmente, existen varias lecturas que pueden ayudarnos a dimensionar lo que representan este tipo de actividades deportivas tradicionales, en la construcción de nuestra identidad como ciudad. Desde una perspectiva sociológica, estos deportes que surgen y se consolidan en el seno de nuestra comunidad, no son meras actividades recreativas, sino que también, son prácticas sociales profundamente significativas. En este sentido, son actividades que funcionan como vehículos de transmisión de valores, saberes técnicos y vínculos intergeneracionales.

Memoria colectiva, identidad nacional y sentido de pertenencia
Actualmente, existen varias lecturas que pueden ayudarnos a dimensionar lo que representan este tipo de actividades deportivas tradicionales, en la construcción de nuestra identidad como ciudad. Desde una perspectiva sociológica, estos deportes que surgen y se consolidan en el seno de nuestra comunidad, no son meras actividades recreativas, sino que también, son prácticas sociales profundamente significativas. En este sentido, son actividades que funcionan como vehículos de transmisión de valores, saberes técnicos y vínculos intergeneracionales.

En su artículo, «Programa para una sociología del deporte» (1978), el sociólogo francés Pierre Bourdieu sostiene que: «El deporte es un hecho social total, debido a que representa un sistema de prácticas que contribuyen a la construcción de la identidad de grupos sociales comunitarios; a la expresión de sus diferencias y a la reproducción de sus estructuras». Según Bourdieu, estas prácticas deportivas (como el aeromodelismo en este caso), aportan a la identidad colectiva porque no sólo dan cuenta de una pasión compartida, sino que, a su vez, funcionan como un elemento constitutivo del capital simbólico de la comunidad; en efecto, un legado cultural que fortalece el sentimiento de pertenencia y cohesión social. La idea de capital simbólico, refiere a un conjunto de recursos como prestigio, honor y reconocimiento; que un grupo social imprime a ciertos bienes o prácticas dentro de su espacio social. Por ello, la actividad del Aero Club con sus cien años de trayectoria en nuestra ciudad, constituye un patrimonio intangible que amalgama las distintas generaciones en torno a una identidad común.
De esta manera, cuando pensamos el lugar de este «Festival Aéreo» en el marco de los cien años del Aero Club; no sólo debemos mirarlo como un homenaje a la pericia y destreza técnica de los pilotos y modelistas, sino también como un acontecimiento que reafirma la memoria colectiva, las tradiciones locales y la capacidad de la ciudad para seguir proyectando su identidad hacia el futuro. En pocas palabras, un verdadero espacio de encuentro, transmisión de saberes y reafirmación de una identidad local que trasciende de generación en generación.