El agro sigue de cerca la eliminación del cepo y las lluvias para la siembra

El pasado 11 de abril, el Gobierno Nacional anunció una de las decisiones económicas más significativas de los últimos años: la finalización del cepo cambiario. La medida fue comunicada por el Ministerio de Economía, conducido por Luis Caputo, entrado en vigencia desde el lunes 14. Esto implica el fin de las restricciones para acceder al dólar en el país, que estaban vigentes de distintas formas desde el año 2011.

El levantamiento del cepo se enmarca en un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que contempla un financiamiento por 20.000 millones de dólares. Desde el Gobierno señalan que esta medida busca avanzar hacia un esquema más transparente, con un tipo de cambio unificado y sin intervenciones que distorsionen los precios relativos de la economía.

El cepo consistía en una serie de restricciones al acceso a divisas extranjeras con el objetivo de evitar la fuga de capitales y controlar la salida de dólares. En los hechos, esto generaba una brecha cambiaria significativa entre el valor oficial del dólar y los tipos de cambio financieros o paralelos, afectando especialmente a los sectores exportadores.

Uno de los sectores que observa con mayor atención esta medida es el agropecuario, clave en la generación de divisas para el país. Para conocer su perspectiva, Diario CASTELLANOS dialogó con el ingeniero agrónomo Luis Mondino, quien brindó un análisis claro sobre el impacto de esta disposición en el campo.

Mondino considera que la medida, en principio, es positiva. «La liberación del cepo elimina la brecha cambiaria», explicó. Esa brecha hacía que un productor vendiera sus dólares a un tipo de cambio mucho menor al que luego debía pagar para adquirir insumos importados o para dolarizarse.

«Hasta el viernes 11 los exportadores de soja le liquidában a los producotres a un tipo de cambio de 1.079 pesos por dólar, obligados a hacerlo en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC). Si después los productores querían recomprar esos dólares, lo tenían que hacer a 1.300 pesos en el mercado financiero. Esa diferencia era un perjuicio directo para el productor», detalló.

A esto se suman las retenciones, que actualmente representan un 26% del valor de la exportación. Mondino señaló que, sumando ambos factores, el productor llegaba a quedarse solo con un 60% del valor real de su producción.

Aunque la medida es reciente y todavía no se observan efectos concretos, se espera que el precio que recibe el productor por sus granos comience a reflejar una mejora. Según el entrevistado, el lunes posterior al anuncio el dólar soja cerró a 1.230 pesos, lo que debería traducirse en un aumento en el ingreso por tonelada vendida. Sin embargo, aclaró que el contexto también puede frenar ese efecto.

«Estamos entrando en la cosecha. Y cuando la oferta aumenta de golpe, el precio tiende a bajar. La ley de oferta y demanda actúa como en cualquier mercado libre», explicó. Por eso, aunque en el largo plazo el impacto será favorable, en el corto plazo puede verse diluido por la estacionalidad del sector.

Además, el nuevo esquema cambiario plantea desafíos que antes no existían. «Ahora hay que estar atentos. Puede pasar que la soja baje en dólares porque hay cosechas en otras partes del mundo, y también puede bajar el dólar. Son riesgos que el productor no tenía antes, cuando las devaluaciones constantes tapaban algunas ineficiencias», advirtió.

El clima como ¿aliado?

Mondino también se refirió a otro factor clave en estos días: el clima. «Ahora estamos arrancando la trilla, muy de a poquito acá en la zona. Algunos ya empezaron, otros están esperando con las máquinas listas. Lo deseable sería que corten las lluvias por un tiempo para poder entrar a los lotes sin arruinarlos», explicó.

Hizo una comparación sencilla: «Pasa lo mismo que en nuestros jardines. Si llueve mucho y caminamos sobre el césped, se hacen huellas y se rompe el suelo. En el campo, con las máquinas, pasa igual. A veces ni siquiera se puede cosechar por las condiciones de humedad».

Según anticipó, el pronóstico para el corto plazo indica que podría haber una lluvia leve el fin de semana. «Esperemos que no se dé. Y si llueve, todo lo que caiga después va a servir para el trigo, que se empieza a sembrar alrededor del 25 de mayo, fecha patria en la que muchos productores hacen patria sembrando».

Reforma Constitucional: ¿Qué opina el campo?

Consultado sobre la coyuntura política provincial, Mondino fue claro respecto al Proceso de Reforma de la Constitución que impulsa el Gobierno de Santa Fe. «La agenda del campo siempre fue la misma: baja de impuestos. El Gobierno Nacional dice que está haciendo su tarea, pero la Provincia no hizo lo mismo», remarcó.

En este sentido, se mostró escéptico respecto a las prioridades políticas locales. «Entiendo que la convocatoria a la Reforma Constitucional tiene más que ver con la reelección y cuestiones políticas, lo cual está alejado de nuestra agenda. Esperamos que, si van a discutir reformas, incluyan también la necesidad de una baja sostenida de impuestos», sostuvo.

Finalmente, pidió que el esfuerzo fiscal que está haciendo la Nación también lo realicen las provincias: «No se trata de ajustar por ajustar, sino de hacerlo con un objetivo. Un sistema impositivo más lógico y previsible, como ocurre en otros países del mundo».

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